PARA UNA MIRADA HISTÓRICA A LA SEMIÓTICA DEL ERROR
Gladys LOPRETO
Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.
Los maestros antiguos siempre pintaban a las jóvenes hermosas de sus prodigiosas
obras como si fueran chinas y ésa es una norma inalterable que nos vino de Oriente...
obras como si fueran chinas y ésa es una norma inalterable que nos vino de Oriente...
Pero cuando amaban a alguien siempre ponían algo de su amada, cualquier huella,
en las cejas, en los ojos, en los labios, en el pelo, en la sonrisa o incluso en las pestañas
de la bella que pintaban. Esa imperfección secreta que introducían en su pintura
se convertía en una señal de amor que solo los propios amantes podían reconocer.
Orhan Pamuk (2006): ME LLAMO ROJO
1. MARCO GENERAL
El marco general de nuestro trabajo es la diversidad cultural y lingüística como concepto clave en la formación de docentes, en escuelas de la ciudad de La Plata -capital de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y alrededores. Nos guía como objetivo constituir un aporte para combatir la discriminación en el aula, a partir de reconocer que “las fronteras nacen en la escuela”, según estudios llevados a cabo por el sociólogo M. Fernández Enguita, de la Universidad de Salamanca, en los que se constató “más desigualdad y endogamia en el aula –espacio organizado por la institución- que en el juego” (Diario El País, 2008).[1]
La lengua única, la lengua requerida para el éxito, es tal vez el desideratum de muchos docentes, que consideran el rasgo de unidad de la lengua como condición necesaria para la comunicación. En principio debemos decir que es éste un típico pensamiento lineal. Interactuar con lo diferente implica en cambio andar por un camino sinuoso y complejo, que se va continuamente abriendo, ante lo cual surge el temor de ‘atrasarse’, de no llegar a la meta: obtener el lenguaje aceptado, el instrumento de comunicación que es herramienta sinequanon para el éxito. Aparentemente este razonamiento tiene consistencia, según la cual sería más efectivo transitar el primer camino, pero lo que lo impide es que la llamada ‘realidad’ es compleja, por lo cual el pensamiento simple, aunque no se lo proponga, se convierte en reduccionista y en causa de discriminación (Morin E. 2006).
De ahí la necesidad de formar desde el conocimiento en el tema enunciado, que no solo aparece como principio en documentos curriculares de origen institucional sino también en la legislación de las últimas décadas y actualmente vigente en el orden nacional y provincial. Sin embargo muchas veces hemos observado que, en el orden factual, se generan situaciones complejas en las que aparecen sentimientos de inseguridad en el aprendiente e incertidumbre en el docente, que hacen que este principio en la práctica sea rechazado.
Indagar en estos fenómenos es el propósito de este trabajo para efectuar un aporte desde el conocimiento. Encontramos que la semiótica es un espacio adecuado para el tratamiento del tema, tanto por el desarrollo de procedimientos abductivos como porque sustenta un espacio en el que se intersectan diferentes conocimientos.