Reúno en este espacio textos de mi autoría que son productos de investigaciones, búsquedas bibliográficas, reflexiones, a veces serias, a veces no tanto, sobre los temas de estudio que transité: el lenguaje, la lengua, el juego de la gramática, el discurso, la enseñanza, la práctica educativa, los libros, y también la aventura maravillosa de haberme internado en el siglo XVI en la selva paraguaya a través de un estrecho ventanuco: las cartas de los soldados que vinieron a este extremo sur del continente. Muchos de estos trabajos fueron publicados en actas de congresos, unos pocos bajo el formato libro, y otros tantos tienen existencia virtual. Tal vez a algún lector le interesen, lo que constituirá para mí un momento de alegría. GLADYS LOPRETO

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jueves, 1 de noviembre de 2012

LA LENGUA COMO PATRIMONIO CULTURAL (2004)



La lengua es la patria: así decía recientemente una escritora nuestra[1], lo mismo que el jefe de una comunidad wichí en Chaco, es el lema de defensa de la lengua en Galicia. Aclaremos que se trata de la lengua materna, como generalmente se suele llamar a la lengua de la comuni­dad donde nacimos y con cuya cultura e historia nos sentimos identificados, en un espacio de­terminado, en un lugar en el mundo. Es interesante ver cómo en estos conceptos se cruzan no­ciones tan arraigadas como ‘patria’, que viene de ‘pater’ (padre) y que consituye la raíz de ‘pa­trimonio’: lo nuestro, lo que nos es legado, aquello sobre lo cual tenemos derechos y deberes, unido a la noción de ‘materna’, de ‘madre’, y así nos vinculamos a las raíces más profundas del ser. Por eso sirve de soporte al pensamiento, el sentimiento, la comunicación, ya que según Umberto Eco, dentro de los diferentes sistemas semióticos, es el que tiene mayor grado de “efabilidad”, es decir, de capacidad de decir cosas[2]; corresponde a nuestro patrimonio simbólico y por lo tanto una de las herramientas más poderosas para la interacción social.
En estas afirmaciones, que parecen irrefutables, hay sin embargo algunos conceptos no tan precisos, de cuya interpretación dependerá que asumamos actitudes muchas veces enfrenta­das: qué entendemos cuando hablamos de la lengua como patrimonio de la comunidad, si nuestro apego a la misma nos lleva a “defenderla”, en el sentido de expurgar de ella todo lo ‘diferente’, lo anómalo (fuera de la regla, de la ley); y en este caso, dónde está esta regla, esta ley. Comencemos por uno de estos conceptos imprecisos, el de comunidad: uno generalmente lo asocia a territorio compartido, costumbres, creencias, proyectos, conceptos estéticos y por supuesto compartir una lengua. Pero cuando intentamos una mirada pormenorizada nos encontramos con muchos ele­mentos diferentes, inesperados en nuestra comunidad, así como la existencia en otra comunidad de elementos que consideramos propios de la nuestra, todo lo cual nos hace llegar a criterios bastante difusos e imprecisos porque se trata de cómo nos sentimos a nosotros mismos y cómo nos sienten los ‘otros’ o  nos ven desde afuera. De ahí el concepto de ‘comunidad imaginada’[3] , no irreal sino con un fuerte apoyo en lo simbólico.
Algo similar pasa con ‘la lengua’. Hay elementos (...) que nos permiten reconocer intui­tivamente ‘nuestra lengua’. Pero cuando intentamos acá también una mirada pormenorizada, detallada, para asirla y protegerla, ya que es un bien tan preciado, nos pasa algo parecido: nos encontramos con que hay más variaciones de las que pensábamos, que algunos usos que creíamos seguros ya no existen, que hay otros nuevos que no conocíamos y no entendemos. Si pensar en La Lengua nos lleva al concepto erróneo de un ‘código monolítico’, hoy sabemos que no es así, que en toda lengua existe diversidad.

LENGUAJE EN USO: UN ENFOQUE COMUNICACIONAL (1993)

1. Introducción.
El presente trabajo se enmarca en un proyecto ambiciosamente titulado “Lenguaje y comunicación”. El por qué de este proyecto tiene que ver con el sentimiento de una carencia en los estudios del lenguaje, que creemos viene de la etapa “científica” de los mismos, en que se desvinculó a la lengua del tema de la comunicación, tal vez por una fe ingenua en el ‘circuito del habla’ de Saussure, mejorado más tarde por Jakobson. Este circuito se daba como una ‘realidad’, de modo que no era necesario estudiar más que el instrumento, y si bien estos conceptos ya han sido cuestionados, las consecuencias de su aplicación aún siguen en parte en vigencia.
Le sigue una época en que prima una mirada escéptica sobre la posibilidad de comunicación entre los seres humanos. Lógicamente el lenguaje, el diálogo, no sirven, no existen, lo cual es coherente con un enfoque eminentemente formal de la lengua. Son los años sesenta, signados por el pensamiento existencialista, con un clima de época marcado por obras como “El extranjero” de Camus, “El grito”, “La noche”, de Antonioni, y otras. También ven la luz los Aspects of the Theory of Syntax, by N. Chomsky (1965). Sin embargo para entonces, nuestro bien ponderado Quino -a quien, por la cantidad de veces que se lo cita en la Universidad e instituciones educativas ya debería habérsele otorgado un título de Doctor Honoris Causae, y a quien nosotros también citaremos para no quedar al margen de los paradigmas científicos-, hacía decir a uno de sus personajes: “¿Te conté que mi único problema de comunicación es que no puedo incomunicarme?” No se trataba de la clara y sesuda Mafalda sino de su otro yo, la ‘feminísima’ Susanita. La frase de la blonda mujercita pone un tono de humor y nos dice: ¡eh, no es para tanto, la comunicación existe!
Utilizando esa síntesis de rápida comprensión que ofrece la historieta podemos marcar la recuperación del concepto, aunque no en el sentido ingenuo de arriba. G. Bateson ratifica su vigencia como la matriz en la que encajan todas las actividades del ser humano (en texto reimpreso en. 1984, 17). Siendo por otro lado, el hombre un ser de lenguaje, rasgo que para H. Maturana es distintivo de la especie, nos proponemos aproximarnos a esta área del conocimiento desde un enfoque comunicacional, elección que nos conduce por un lado hacia el lenguaje en uso, y por otro nos propone los textos o discursos como hechos a ser estudiados. Este es el recorrido que intentaremos hacer.