Reúno en este espacio textos de mi autoría que son productos de investigaciones, búsquedas bibliográficas, reflexiones, a veces serias, a veces no tanto, sobre los temas de estudio que transité: el lenguaje, la lengua, el juego de la gramática, el discurso, la enseñanza, la práctica educativa, los libros, y también la aventura maravillosa de haberme internado en el siglo XVI en la selva paraguaya a través de un estrecho ventanuco: las cartas de los soldados que vinieron a este extremo sur del continente. Muchos de estos trabajos fueron publicados en actas de congresos, unos pocos bajo el formato libro, y otros tantos tienen existencia virtual. Tal vez a algún lector le interesen, lo que constituirá para mí un momento de alegría. GLADYS LOPRETO

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martes, 11 de diciembre de 2012

La Lingüística en las investigaciones en Comunicación


La Lingüística en las investigaciones en Comunicación*

Autora: Gladys Lopreto (2001)
FPyCS, UNLP

Resumen: Intento ubicar a la Lingüística como ‘ciencia que describe y explica el funcionamiento de la lengua’, entendida ésta como una forma particular del lenguaje verbal humano. Luego,  cómo esta ciencia puede proporcionar herramientas útiles, por una parte, para el estudio del rasgo de diversidad que constituye la sociedad, a los efectos de la comunicación en general o en particular en el campo docente, político,  mediático, etc.; por otra parte, para el estudio del discurso, entendido como un hecho de comunicación y una expresión y herramienta ideológica.

Ejes :  Sociolingüística. Análisis crítico del discurso (ACD)


Introducción. Cuando planteamos en clase el tema de la comunicación solemos contar la anécdota de la maestra platense que a sus alumnos bolivianos -por lo tanto hispanoparlantes- les pidió que llevaran ‘fósforos’ usados, obteniendo solo como respuesta el silencio, hasta que tres días después, al atreverse a acompañar sus palabras de un movimiento mimético, aprendió que ellos los llamaban ‘cerillas’. Esto de paso le sirvió a la maestra para poder leer la edición traducida en Madrid del libro de Sperber y Wilson sobre la comunicación humana, cuando dice que ‘es poco probable que el hombre moderno encienda el fuego frotando palitos, sin recurrir a unas cerillas o un encendedor’, en forma similar a cómo, según los autores, cuando el ser humano desea comunicarse utiliza preferentemente una herramienta construida por él llamada ‘lengua’ o ‘lenguaje’, que aunque no satisfaga por sí sola plenamente los propósitos comunicativos constituye un auxiliar importante a ese efecto. Así llegamos a los conceptos de lenguaje, lengua y comunicación, en relación con los cuales surge el de ‘discurso’, caracterizado por T. Van Dijk como ‘un hecho de uso de lenguaje’ o un ‘suceso de comunicación’. Cabe agregar una observación empírica, tomada de los autores arriba citados: la comunicación es a menudo un proceso asimétrico en el que el emisor puede tener prioridad en seleccionar código e información contextual, lo que, en mayores dimensiones, lleva al concepto de ‘poder’.

jueves, 1 de noviembre de 2012

LA LENGUA COMO PATRIMONIO CULTURAL (2004)



La lengua es la patria: así decía recientemente una escritora nuestra[1], lo mismo que el jefe de una comunidad wichí en Chaco, es el lema de defensa de la lengua en Galicia. Aclaremos que se trata de la lengua materna, como generalmente se suele llamar a la lengua de la comuni­dad donde nacimos y con cuya cultura e historia nos sentimos identificados, en un espacio de­terminado, en un lugar en el mundo. Es interesante ver cómo en estos conceptos se cruzan no­ciones tan arraigadas como ‘patria’, que viene de ‘pater’ (padre) y que consituye la raíz de ‘pa­trimonio’: lo nuestro, lo que nos es legado, aquello sobre lo cual tenemos derechos y deberes, unido a la noción de ‘materna’, de ‘madre’, y así nos vinculamos a las raíces más profundas del ser. Por eso sirve de soporte al pensamiento, el sentimiento, la comunicación, ya que según Umberto Eco, dentro de los diferentes sistemas semióticos, es el que tiene mayor grado de “efabilidad”, es decir, de capacidad de decir cosas[2]; corresponde a nuestro patrimonio simbólico y por lo tanto una de las herramientas más poderosas para la interacción social.
En estas afirmaciones, que parecen irrefutables, hay sin embargo algunos conceptos no tan precisos, de cuya interpretación dependerá que asumamos actitudes muchas veces enfrenta­das: qué entendemos cuando hablamos de la lengua como patrimonio de la comunidad, si nuestro apego a la misma nos lleva a “defenderla”, en el sentido de expurgar de ella todo lo ‘diferente’, lo anómalo (fuera de la regla, de la ley); y en este caso, dónde está esta regla, esta ley. Comencemos por uno de estos conceptos imprecisos, el de comunidad: uno generalmente lo asocia a territorio compartido, costumbres, creencias, proyectos, conceptos estéticos y por supuesto compartir una lengua. Pero cuando intentamos una mirada pormenorizada nos encontramos con muchos ele­mentos diferentes, inesperados en nuestra comunidad, así como la existencia en otra comunidad de elementos que consideramos propios de la nuestra, todo lo cual nos hace llegar a criterios bastante difusos e imprecisos porque se trata de cómo nos sentimos a nosotros mismos y cómo nos sienten los ‘otros’ o  nos ven desde afuera. De ahí el concepto de ‘comunidad imaginada’[3] , no irreal sino con un fuerte apoyo en lo simbólico.
Algo similar pasa con ‘la lengua’. Hay elementos (...) que nos permiten reconocer intui­tivamente ‘nuestra lengua’. Pero cuando intentamos acá también una mirada pormenorizada, detallada, para asirla y protegerla, ya que es un bien tan preciado, nos pasa algo parecido: nos encontramos con que hay más variaciones de las que pensábamos, que algunos usos que creíamos seguros ya no existen, que hay otros nuevos que no conocíamos y no entendemos. Si pensar en La Lengua nos lleva al concepto erróneo de un ‘código monolítico’, hoy sabemos que no es así, que en toda lengua existe diversidad.

LENGUAJE EN USO: UN ENFOQUE COMUNICACIONAL (1993)

1. Introducción.
El presente trabajo se enmarca en un proyecto ambiciosamente titulado “Lenguaje y comunicación”. El por qué de este proyecto tiene que ver con el sentimiento de una carencia en los estudios del lenguaje, que creemos viene de la etapa “científica” de los mismos, en que se desvinculó a la lengua del tema de la comunicación, tal vez por una fe ingenua en el ‘circuito del habla’ de Saussure, mejorado más tarde por Jakobson. Este circuito se daba como una ‘realidad’, de modo que no era necesario estudiar más que el instrumento, y si bien estos conceptos ya han sido cuestionados, las consecuencias de su aplicación aún siguen en parte en vigencia.
Le sigue una época en que prima una mirada escéptica sobre la posibilidad de comunicación entre los seres humanos. Lógicamente el lenguaje, el diálogo, no sirven, no existen, lo cual es coherente con un enfoque eminentemente formal de la lengua. Son los años sesenta, signados por el pensamiento existencialista, con un clima de época marcado por obras como “El extranjero” de Camus, “El grito”, “La noche”, de Antonioni, y otras. También ven la luz los Aspects of the Theory of Syntax, by N. Chomsky (1965). Sin embargo para entonces, nuestro bien ponderado Quino -a quien, por la cantidad de veces que se lo cita en la Universidad e instituciones educativas ya debería habérsele otorgado un título de Doctor Honoris Causae, y a quien nosotros también citaremos para no quedar al margen de los paradigmas científicos-, hacía decir a uno de sus personajes: “¿Te conté que mi único problema de comunicación es que no puedo incomunicarme?” No se trataba de la clara y sesuda Mafalda sino de su otro yo, la ‘feminísima’ Susanita. La frase de la blonda mujercita pone un tono de humor y nos dice: ¡eh, no es para tanto, la comunicación existe!
Utilizando esa síntesis de rápida comprensión que ofrece la historieta podemos marcar la recuperación del concepto, aunque no en el sentido ingenuo de arriba. G. Bateson ratifica su vigencia como la matriz en la que encajan todas las actividades del ser humano (en texto reimpreso en. 1984, 17). Siendo por otro lado, el hombre un ser de lenguaje, rasgo que para H. Maturana es distintivo de la especie, nos proponemos aproximarnos a esta área del conocimiento desde un enfoque comunicacional, elección que nos conduce por un lado hacia el lenguaje en uso, y por otro nos propone los textos o discursos como hechos a ser estudiados. Este es el recorrido que intentaremos hacer.

domingo, 27 de mayo de 2012

RELATO DE EXPERIENCIAS: “HABLAS EN EL AULA” (2008-2009)
LOPRETO Gladys
Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP)
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 9 de La Plata
glopreto@perio.unlp.edu.ar

(Abstract)
En realización del Proyecto de Investigación Interdisciplinaria que dirigí en 2003-2005, integrado por docentes-investigadores de Comunicación, Letras y Educación, junto a maestros de la zona, hemos constatado la existencia de contradicción entre la heterogeneidad de la población escolar -tanto en lo cuanto a primeras lenguas o variedades de la lengua mayoritaria como así también a las culturas de origen- por un lado, y las representaciones docentes sobre el Lenguaje por el otro. Esta contradicción, a menudo no felizmente resuelta, generaba retrasos en el aprendizaje, discriminación, violencia, exclusión, del niño y su familia, así como también frustración y fracaso en el maestro. Entendimos como una causa importante el rechazo a las variedades y variaciones no canónicas detectables en el lenguaje de quienes no tenían el Español -o determinada variedad de Español- como L1, situación frecuente en el caso de inmigrantes (se trataba de hablantes de Quechuaymará o Guaraní como L1), con la producción de hechos de ‘contacto de lenguas’ no reconocidos positivamente por la comunidad receptora. Siendo en esos casos el maestro el principal actor social, decidimos interactuar con el mismo, aportando fundamento teórico y análisis de casos, valorizando y tratando de resignificar su experiencia. A partir de la premisa: ‘educación es diálogo’ (Paulo Freire) y del poder explicativo de las Ciencias del Lenguaje (especialmente Sociolingüística, Etnopragmática, Estudios del Discurso, siguiendo lingüistas como Halliday, Lavandera, Arnoux, A. Martínez), que permiten un reconocimiento positivo de variedades y variaciones, así como de las miradas pedagógicas que valorizan el ‘error’ (Castorina, Camilloni, Lenzi), concretamos 2 Proyectos de Extensión avalados por la UNLP y por el ISFDyT Nº9 de La Plata, que se tradujeron en Jornadas, Cursos de Capacitación a docentes de distintos niveles (2008) y Talleres de Capacitación en las carreras docentes del Instituto (2009), a relatar en esta ponencia.

lunes, 9 de abril de 2012

VARIEDADES, VARIACIONES Y POLÍTICAS EDUCATIVAS

Gladys Lopreto - FPyCS (UNLP), ISFDyT 9 (DGEyC BA)

En este breve espacio trataré de desarrollar algunas observaciones sobre cómo las políticas educativas y lingüísticas asumen el dinamismo propio del lenguaje. Para ello en principio trabajaré en el entrecruzamiento entre lo educativo –que supera lo lingüístico, pese a la transversalidad y omnipresencia de esta práctica en la escuela- y lo lingüístico, que va más allá de lo escolar. En este espacio, ajustando la mirada, intentaré indagar en cómo se asume la materia Lengua/je en la educación institucional de la provincia de Buenos Aires.
En trabajos anteriores (Cf. Lopreto G. 2011) hemos analizado situaciones áulicas, que evidenciaban un conflicto entre el lenguaje del docente y el de los alumnos, y de éstos entre sí, cuya resolución significaba a menudo un mutuo aprendizaje del docente y del alumno, a costa de situaciones a veces nada felices: la discriminación, el silencio del chico, temor a participar, además de las consecuencias sobre el aprendizaje. También la incertidumbre, el desaliento del docente. Estudiamos estas situaciones en general, en escuelas de zonas periféricas de La Plata, y en especial en relación con alumnos inmigrantes hispanohablantes, con los que cabría la expectativa mutua de compartir ‘la lengua’.
Pero ya Beatriz Lavandera afirmaba en los 80 que la lengua es heterogénea, y hay numerosas investigaciones que permiten acordar con José del Valle (2000) en el concepto de ‘lengua imaginada’#. La Lingüística categoriza esa heterogeneidad en variedades y variaciones, que a su vez son dinámicas, es decir, susceptibles de cambio, no ya como una consecuencia fatal del factor tiempo, como pensaba Saussure, sino en tanto el lenguaje es una creación humana y construcción social que tiene al menos como uno de sus objetivos principales la comunicación.
Esto me lleva a los resultados de una encuesta a maestros en los que, en un 80 %, hacían lengua = comunicación (otros resultados: código, cultura). Pero en otra pregunta, el 90 % estaba por la unidad u homogeneidad de la lengua, como necesaria y/o conveniente a la comunicación; los menos plantearon la importancia de reconocer la existencia de diversidad lingüística. Creo que esto hace al nudo de la cuestión: la necesidad de formación docente –digo del maestro de grado o del profesor de Lengua- como lo han señalado diversos investigadores y actores sociales#. Esa preocupación está presente en trabajos de integrantes de estas Jornadas; Elvira Arnoux, Angelita Martínez (2009).
En el área Lengua/je, un rasgo de la educación estatal en la provincia de Buenos Aires es que se reconoce como tal al “Español” (remake de ‘Castellano’). Pese a la existencia de otras lenguas –originarias, de inmigración o por razones culturales- todos los chicos y sus familias tienen asumido que deben ingresar a la escuela hablando ‘español’. Ahora bien, dado que la provincia y muchas de sus ciudades son importantes centros receptores, se da que en la población escolar confluyen hablantes de distintas variedades de la lengua y hablantes de diversos orígenes que tienen el español como 2da. lengua -en la que emergen rasgos de hibridación o contactos- susceptibles de producir variaciones con diferentes sentidos. Se suman las variedades locales, casi siempre coincidentes con las del docente. Resumida así la situación parece extremadamente compleja e inabarcable pero desde otra mirada puede resultar altamente enriquecedora y estimulante, y en cuanto a la comunicación, parafraseando a Alatorre (1989: 318) ‘lo único que hace falta es querer comunicarse’.
La situación de todos modos es un conflicto a resolver, un conflicto educativo. En los casos que estudiamos, que correspondían a la zona de La Plata, los conflictos fueron resueltos por un aporte personal de las partes implicadas, una apertura o interés especial del docente#. Pero, por ejemplo, es significativa la anécdota de que una maestra de Villa Elisa solo en el recreo se permitía la intervención de una niña hablante de guaraní, lo que muestra la existencia de un mandato claro sobre ‘la lengua’ de parte del docente.
De aquí la importancia de rescatar estos conocimientos de la currícula de formación docente, donde generalmente son un mero contenido, mediante la realización de talleres y jornadas que tenían como propósito unir la experiencia y la reflexión con conocimientos actualizados en materia lingüística, dentro del campo de la Sociolingüística y de la Etnopragmática, de gran poder explicativo frente a casos de incomprensión o falta de entendimiento en el diálogo docente-alumno.
Es llamativo este desfasaje de la problemática educativa, de conocimientos que venían elaborándose ya desde la década del 60, con W. Labov, más tarde la obra de M.A.K. Halliday, más aún teniendo en cuenta los numerosos estudios de Sociolingüística, incluido el tema Lenguas en contacto, que se hacían en el país.
Notamos todavía en los docentes de niveles Inicial, Primario y Secundario, una representación generalizada del lenguaje como ‘lengua homogénea’, concepto como se sabe desarrollado por Saussure y aceptado como principio operativo en la gramática generativa. Sin embargo, el que haya tenido tanto arraigo en nuestro medio tiene que ver más bien, según José del Valle (1999) en un extenso y esclarecedor trabajo sobre la ‘lengua imaginada’, con políticas lingüísticas necesarias al nacionalismo, y más precisamente con la impronta de Ramón Menéndez Pidal, intelectual de gran peso en la Argentina de mitad del siglo XX y especialmente en su Ministerio de Educación. Cito: “De todos los elementos culturales que intervienen en la génesis, desarrollo y transformación de los movimientos e ideologías nacionalistas, ninguno ha alcanzado la importancia de la lengua”. Este proceso requiere de una intervención directa de lo académico en la configuración del estándar como lengua nacional, porque “la legitimidad del estándar como artefacto que genera cohesión cultural, y, por supuesto, el éxito que alcance, dependerá del proceso de historificación a que lo sometan la filología y la lingüística, y de la credibilidad con que las instituciones del estado le presenten al ciudadano esa lengua como suya propia”. Por este camino RMP sostenía la unidad España-Hispanoamérica, que favorecía los intereses peninsulares, en una relación que J. L. Calvet encuentra similar a la de Francia y sus antiguas colonias.
Seguramente las palabras de RMP tuvieron mucho peso en su momento en los organismos rectores, nos parece necesario ver qué dicen ahora. Estamos cosultando para ello documentación proveniente de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, tanto la que se refiere a la educación en distintos niveles como a la formación de docentes. Son textos redactados entre los años 2006 y 2009 que constituyen un frondoso material, publicado en Internet y actualmente en vigencia. No solo bajan línea, a menudo de ellos se nutre el docente.
Una primera aproximación a los contenidos y lineamientos nos la darán los términos usados y su frecuencia.